De visitante y ante una cancha repleta, venció a Argentino de Quilmes 3 a 1 y lo bajó de la cima de la tabla. González, Puch y Riquelme marcaron los goles. Silva fue expulsado. Volvió a ser líder con 2 puntos de ventaja sobre el “mate”.

Fénix volvió a la punta de la Primera D tras ganarle a Argentino de Quilmes.

Fénix ganó más de tres puntos en su visita a Argentino de Quilmes. Es que el cuervo retomó el nivel que lo llevó a ser uno de los aspirantes al ascenso y le arrebató, el pasado domingo, la punta a quien la semana pasada le había birlado esa posición.
Pero además y sobre todo, el equipo dio una muestra de carácter en una cancha siempre difícil y que estaba repleta de simpatizantes del mate, ilusionados con un triunfo que les allanara el camino al título.
Los de Santángelo le pegaron un soberano cachetazo a quienes pensaban que el equipo estaba en la curva descendente, y con una muy buena actuación colectiva superó a Argentino 3 a 1 para volver a ser el único líder del torneo, en el escalón 26 del torneo.
Los goles albinegros fueron convertidos por Daniel González y Mariano Puch durante el primer tiempo, mientras que el tercero fue obra de Marcos Riquelme a través de un estupendo tiro libre. La anotación quilmeña fue de Diego Leguiza.
Los pilarenses jugaron varios minutos con uno menos por la expulsión de Hugo Silva, mientras que los dueños de casa terminaron con nueve por las rojas a Cabello y Soza.

La acción

Aunque todavía al certamen le quedan ocho fechas, para muchos el partido del domingo era una final, y los dos elencos salieron a jugarla como tal. Y en ese contexto, el cuervo siempre lució un poco mejor.
La alineación de Oscar Santángelo salió determinada a quedarse con el triunfo. Expuso una asfixiante presión defensiva, se hizo dueño del balón y comenzó a llegar sobre el arco defendido por Paz. Por eso, no extrañó que a los 15, tras una excelente jugada personal de Riquelme, el retornado Daniel González (volvió a recuperarse de la fractura en un dedo) estableció el 1-0.
El gol serenó al visitante que, lejos de conformarse, siguió empujando en busca de ampliar la distancia. Y lo consiguió un puñado de minutos más tarde. El desequilibrio lo aportó Riquelme, que remató al gol pero el disparo dio en el palo aunque Puch recogió el rebote y lo transformó en el 2-0.
Fénix era mucho más que su rival pero el mate, empujado por su gente, se despertó promediando el parcial y el partido se hizo más parejo. A los 30, Argentino llegó y descontó con un tanto de Leguiza, y antes del final del primer tiempo lo pudo haber empatado ante un Fénix que no era el de los primeros minutos.
En el complemento la historia no varió. Los de Quilmes fueron en busca del empate y Fénix, lejos de conformarse con el 2-1, también pretendió ampliar la cuenta. Por eso, el cotejo se hizo de ida y vuelta y con emociones permanentes.
Con el pasar de los minutos, la defensa se acomodó, Santillán aportó mucha seguridad, aunque el equipo sintió la expulsión de Silva. Igual, pocos después, la roja a Cabello equiparó la cantidad de jugadores.
Y cuando estaban 10 contra 10, la figura de la cancha le puso el moño a su estupenda faena personal. Riquelme se hizo cargo de un tiro libre y la colocó junto a un palo, dejando sin respuestas a Paz. El gol marcó el delirio de los pilarenses y enmudeció a la parcialidad local, que sabía que su equipo no estaba para concretar milagros.

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