Los insectos atacan la zona por la presencia de una granja de pollos, que según los habitantes “funciona sin habilitación”. La misma había sido cerrada por decreto municipal en 2007, pero los amparos judiciales del dueño la mantienen abierta. Planean duras medidas si las autoridades no escuchan sus reclamos.

Los vecinos que viven a la vera de la Ruta 28 están hartos y en pie de guerra contra una insoportable invasión de moscas que vuelven a sufrir debido a la presencia de una granja de pollos que, al parecer, no trata correctamente el guano de los animales.
La granja en cuestión se llama “Plumas Blancas”, propiedad de Domingo Eduardo Rimasa, está ubicada en el Km 5 de la ruta 28 y según los vecinos estaría funcionando “sin habilitación”.
La misma granja ya había sido cerrada tras la sanción de un Decreto Municipal (ver: Punto final para el problema de las moscas generadas por las granjas avícolas) pero los amparos que el dueño presentó ante la Justicia la mantienen abierta.
Los habitantes de la zona, cansados de tener que estar encerrados en sus domicilios, piden a las autoridades locales y provinciales “el urgente despoblamiento de la granja de pollos”.
“No podemos vivir más en esta situación, es imposible disfrutar del aire libre ya que nos invaden las moscas, las ratas y un olor nauseabundo, lo que trae aparejado obviamente innumerables enfermedades que provocan daños a nuestra salud y la de nuestros hijos y nietos”, se quejan los vecinos.
Asimismo, unidos en su reclamo prometen recrudecer las medidas si es que las autoridades no toman cartas en el asunto,
“Estamos hartos y si no escuchan nuestros reclamos, nos vamos a hacer escuchar cortando rutas si es necesario”, advierten.
Los damnificados vienen luchando desde el año 2002, con la presentación de las primeras 100 denuncias. Diez años después, siguen viviendo el mismo martirio.
“Esto es un reclamo de calidad de vida y en definitiva, sólo pedimos que los funcionarios cumplan con su trabajo”, piden los vecinos.

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