“El agua nuestra de cada día”

Por María Rosa Batalla*

Días pasados  el intendente Zúccaro en un programa  de un canal nacional, habló de la empresa que provee agua corriente y cloacas en Pilar (ver Zúccaro adelantó que buscará renegociar el contrato con Sudamericana de Aguas).
Se mostró molesto por el desenvolvimiento que viene demostrando la empresa en sus tantos años de concesión. De hecho, en la época en que la empresa comenzó a prestar servicios, nuestro intendente era aún concejal oficialista.
Quienes padecemos del servicio de la empresa, como usuarios, y quienes tienen a su cargo la representación popular hemos manifestado el nivel de desidia de la empresa. Ya sea por la falta de inversión para la extensión de redes como por la pasividad con la que se mostró ante la presencia de arsénico en algunos pozos.
En los umbrales de este verano se evidenció la falta de agua en ciertos sectores de la ciudad, situación que se ve agravada por el crecimiento poblacional de Pilar. Es sabido que si este crecimiento no se ve acompañado por inversiones de igual magnitud  a nivel de la infraestructura, los servicios colapsan.
Desde muchos años atrás hay pérdidas de agua en la vía pública que no reciben solución definitiva.
Es decir que mientras para algunos el agua es un elemento apreciado, se derrocha sin mayores explicaciones en la ciudad.
Con datos recientes, según el censo 2010, la población de Pilar creció 28% con respecto al año 2001. Somos cerca de 300.000 habitantes. Ahora bien, ¿La empresa creció armónicamente con el aumento de la población?
A pesar de contar desde hace más de quince años con la concesión, la mayor parte de la comunidad pilarense obtiene agua  a través de perforaciones propias y arroja los efluentes cloacales a pozos ciegos que no garantizan su salud.
Ante esto, seguimos con la misma planta potabilizadora de efluentes cloacales desde la década del ´70, cuando Pilar sólo tenía 50.000 habitantes. Su desactualización se hace evidente. Y sigue siendo imprescindible tener una planta acorde al crecimiento y que dé lugar a la extensión de la red cloacal.
Sin ánimo de abrumar con tantos números, queda expuesta la insuficiencia del servicio y la necesidad de rever el contrato y las condiciones en las que ella se mueve actualmente.
La salud humana está directamente relacionada con la calidad del agua que consume. La rentabilidad nunca puede ser un parámetro para la prestación del servicio. También es imprescindible el control de la calidad del agua que consumimos.
Mientras revisamos los contratos, mientras en forma individual seguimos haciendo análisis al agua que tomamos, mientras la población sigue creciendo, seguimos viendo cómo la empresa no le da respuestas a la demanda de los pilarenses.
También esperamos que las manifestaciones públicas del intendente se plasmen en hechos concretos cuando los tiempos electorales hayan pasado. Salud, agua potable y cloacas son sinónimos de calidad ambiental para la población.

*Candidata a concejal por la Coalición Cívica de Pilar