Zúccaro y Cristina, gestos de acercamiento

La Presidente no se mostró tan distante del Jefe Comunal, como lo supo hacer en otros actos. Recorrió junto al intendente fábricas del Parque Industrial, e incluso lo “felicitó” por el crecimiento de Pilar. Lo nombró, aunque por su cargo, 3 veces en el discurso oficial. En encuentros anteriores había reinado el desaire.

Cristina recorrió junto a Zúccaro una de las plantas que se inauguraron ayer (ver aparte).

Para los que buscaron lecturas políticas tras la llegada de Cristina Kirchner a Pilar, algo quedó claro. La mandataria nacional se encargó de enviar algunos gestos hacia el intendente Humberto Zúccaro, con quien en dos encuentros anteriores (uno en Pilar y otro por medio de teleconferencia, con motivo de la inauguración de una planta avícola en La Lonja y la inauguración de casas sociales respectivamente) lo había casi desconocido y desairado ante miles de personas.
Sin embargo, ayer algo, al menos algo, parece haber cambiado. Quizá como guiño de Cristina hacia un intendente que sigue sosteniendo altos niveles de intención de voto (las más pesimistas de las encuestas le dan un 45% de piso de votos).
O quizá como parte de una nueva estrategia de la mandataria, más cerca del diálogo y el entendimiento.
Cristina recorrió junto a Zúccaro una de las plantas que se inauguraron ayer (ver aparte), lo nombró 3 veces en su discurso oficial (aunque por su cargo y no por su nombre), y hasta se permitió felicitarlo “por el crecimiento de Pilar”, cuando la mandataria local señaló que la mano de obra que emplea el Parque Industrial había crecido de 7 mil personas a 10 mil, desde 2003 hasta la actualidad.
Incluso, le habló directamente desde el atril, cuando le preguntó la cantidad de egresados que habían pasado por las instalaciones de la sede de la Facultad de Económicas que funciona en el edificio del ex Instituto Carlos Pellegrini.
Gestos que para muchos pesan. Y que pueden, todo depende de las elecciones y de cuántos votos de Zúccaro vayan también para Cristina, suavizar una relación que si bien no rota, sí supo tener momentos de tensión.