viernes 1, julio 2011

García Belsunce: Bártoli ordenó a la mucama tirar ropa ensangrentada de Carrascosa

Lo dijo Ema Benitez, que trabajaba en la casa de María Marta. La mujer aseguró que tras el velatorio de la víctima el cuñado de ésta, le ordenó que tirara prendas del viudo. El juicio continuará el martes próximo a las 10 con la declaración de más testigos.

La empleada de la casa de Maria Marta sostuvo que Guillermo Bartoli le pidió que tire ropa con sangre perteneciente a Carrascosa.

"El señor Bártoli se acercó y me dijo `si usted se va a quedar a limpiar, tire el pantalón de Carlos que está en el cuarto de vestir`", afirmó Ema Benítez al declarar ante el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de San Isidro, que juzga por el encubrimiento del crimen a tres familiares de la víctima, entre otros.
La testigo sostuvo que se trataba de "un pantalón celeste a rayas con manchas de sangre como de alguien que había tomado a una persona ensangrentada", en alusión a Carrascosa, quien cumple prisión perpetua acusado de haber matado a su esposa.
Eugenio Blanco, abogado de Bártoli, le dijo a la mujer que nunca antes, en cuatro declaraciones, había mencionado esto y ella le replicó: "Si, lo dije" y agregó que la orden le fue dada cuando ella hablaba con Carmen Aberastain, amiga íntima de María Marta y quien hoy fue la primer testigo del juicio oral.
Debido a que el dato de Benítez era inesperado y sumaría una nueva prueba contra Bártoli, Blanco pidió que se la convoque de nuevo a Aberastain para ese punto y un eventual careo, pero luego de un extenso análisis los jueces rechazaron el planteo y advirtieron que las defensas deben pedir que los testigos permanezcan en el tribunal si preven contradicciones.
Por su parte, Mirta Molina, otra mucama de la casa, aseguró que tras el velatorio y junto a Benítez lavó ropa con sangre de María Marta, tiraron toallas manchadas a la basura y baldearon el baño, actitudes que, según se determinó luego, borraron huellas de la escena del crimen.
La testigo se mostró confusa a la hora de responder si Bártoli le dio la orden de realizar esas tareas o ella interpretó que debía hacerlo porque la dejaron a cargo de la casa al irse al entierro.
"Cuando se estaban llevando el cuerpo, se acerca Bártoli, me pone una mano en el hombro, y me pregunta: `Usted tiene la llave, no?` Yo le dije que se quedara tranquilo, que me quedaba y arreglaba", afirmó.
Consultada acerca de su anterior declaración en la que había sido más contundente al decir que Bártoli le había pedido "que ventile la vivienda, limpie y ordene todo", hoy la mujer se puso nerviosa y contestó: ¡No me pidió que limpiara!".
"Yo interpreté que como trabajaba ahí tenía que limpiar", insistió Molina y cuando la fiscal le preguntó si había mentido respondió que no y remarcó: "A mí nadie me obligó a nada".
La mujer dijo que al subir a la habitación del primer piso le llamó la atención la sangre que había sobre el colchón y la almohada, en la alfombra y en el baño, el cual baldeó porque "salía sangre de atrás del inodoro y no salía" la mancha.
Molina, que trabajó cuatro años en la casa, contó también que junto a Benítez metieron "sábanas, toallas y almohadas en una bolsa para que se las llevara el basurero" y que encontró una camisa y un pantalón tipo bombacha de la víctima manchada con sangre y que lavó y planchó.
Respecto del pantalón de Carrascosa, la testigo confirmó que se tiró porque su compañera así se lo pidió, ya que ella temía que la reprendieran por la falta de alguna prenda.
Además de las tareas que hizo con Molina, agregó: "Saqué el colchón al balcón, puse la sangre para abajo, lo lavé con detergente y lavandina y lo dejé afuera".
Por la mañana, Aberastain benefició a los imputados al afirmar que "nunca" dudó "absolutamente nada de la familia" de la víctima y dijo que, a su criterio, el crimen lo cometió alguien que ingresó a robar a la casa de la víctima.
"Ellos me iban informando todo, que John (Hurtig) desde un principio tenía dudas de que hubiera muerto en un accidente, que había tirado el `pituto` y después lo había encontrado. Era un ida y vuelta, yo llamaba y ellos a mí", contó la mujer.
"Pienso que entraron a robar, María Marta los enfrentó y se fue todo de las manos. Sé que María Marta se daba masajes, seguro que ella entró a la casa a darse una ducha antes y se encontró con alguien en la planta de arriba", sostuvo la testigo.
En tanto, Roberto Effling, quien atendía un comedor de Pilar en el que María Marta colaboraba, denunció que tiempo después del homicidio se le acercaron tres personas que le ofrecieron dinero "para decir que Irene (Hurtig, hermanastra de la víctima) había matado a María Marta".
Dijo que le avisó a Hurtig y que ella le pidió ir a una escribanía para que esto quedara asentado, pero que no hizo denuncia policial porque nadie se lo sugirió, pese a que reconoció haberse sentido "intimidado".
El juicio continuará el martes próximo a las 10 con la declaración de más testigos.








 
 
 
 
 
 
 
 



 
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