Acusan a un represor de balear la casa de su ex mujer y herir a su hija

Se trata Víctor Roberto Olivera, un suboficial retirado de la Armada y está prófugo por la causa ESMA. Habría actuado por venganza, luego de que su mujer lo denunciara cuando violó el arresto domiciliario en abril. La niña, de nueve años, recibió un tiro en el pecho y está fuera de peligro.

Milagros fue trasladada de urgencia al hospital donde le extrajeron un proyectil calibre 32.

La hija de nueve años del represor de la ESMA Víctor Roberto “Lindoro” Olivera, prófugo de la justicia desde abril, recibió un balazo en el pecho y al cierre de esta edición permanecía internada en terapia intermedia en el Hospital Juan Sanguinetti de Pilar. Para Claudia Ferriole, madre de la niña, llamada Milagros, el autor del disparo fue su ex esposo.
“Pensamos que fue él quien baleó a la nena. Está desequilibrado, tuvimos una relación bastante difícil. Estuvo acá con prisión domiciliaria hasta que se fugó en abril porque se enteró que iban a detenerlo”, contó la mujer, que recibió a Tiempo Argentino en su casa de Buenos Aires 1818 del Barrio Vicente López.
Según Ferriole, el lunes por la noche su ex marido se bajó de un Fiat Uno blanco frente a la vivienda que comparte junto a sus tres hijas: Vanesa, “Gigi” y Milagros, y aprovechó que el policía que hacía de custodia no estaba –había entrado a la vivienda a calentar agua para el mate– para disparar entre las rejas.
La bala entró por el pecho de la niña, después bajó y se alojó entre el abdomen. Milagros fue trasladada de urgencia al hospital donde le extrajeron un proyectil calibre 32. Ayer su estado de salud mostró una pronunciada evolución y su familia pudo recuperar algo de tranquilidad.
Sentado en la puerta de la casa humilde, con techo de chapa, Miguel, hijo de Olivera, contó que “en estos dos meses mi viejo sólo llamó para hablar con la nena”. Por su parte, Ferriole agregó que hay testigos que vieron al ex suboficial “caminar por Pilar y dando vueltas por el colegio donde va la nena. Por eso tenemos custodia policial”.
Claudia Ferriole y Víctor Olivera se conocieron en 1989. Cuatro años más tarde se casaron y tuvieron cuatro hijos. La mujer jura que recién se enteró de lo que su marido había hecho en la ESMA en 2007, cuando lo detuvieron acusado de cometer crímenes de lesa humanidad en los años de la dictadura militar. “Siento que siempre tuvo una doble vida”, afirmó Ferriole cuando hizo la denuncia porque el suboficial retirado de la Armada se había fugado de su casa.