miércoles 25, mayo 2011

Pablo Aguirre, condenado por cultivar marihuana, mostró su indignación por el fallo de la Justicia

Después que le otorgaran la prisión domiciliaria y a la espera de empezar con las salidas para trabajar y estudiar, Pablo recorrió detalles de su caso. Dijo que tuvo que demostrar su inocencia ante los jueces que se ensañaron con él. “El delito no está en los que cultivan, pero no lo quieren ver”. Ahora espera que le coloquen una pulsera para controlar sus movimientos.

A horas de haber vuelto a su hogar habló con Pilar de Todos y Diario X (FM 100,3), contó detalles del proceso y la lucha que aún no termina.

Pablo Aguirre ahora espera en la casa de su hermana, en la ciudad de Buenos Aires, que le coloquen una pulsera para que la Justicia pueda controlar todos sus movimientos.
Tiene 31 años y fue condenado a cuatro años de prisión por cultivar en su casa de Del Viso, un ámbito privado, 12 plantas de marihuana que ni siquiera habían florecido.
El pasado lunes, los jueces le otorgaron “el beneficio” de la prisión domiciliaria y salidas para ir a trabajar y estudiar.
A horas de haber vuelto a su hogar habló con Pilar de Todos y Diario X (FM 100,3), contó detalles del proceso y la lucha que aún no termina.
“Ayer me dieron la prisión domiciliaria y ahora estoy esperando que me vengan a poner la pulsera para el monitoreo porque parece que soy un delincuente muy peligroso”, contó Pablo a este medio.
 
¿Cómo se siente tener que llevar una pulsera y que la Justicia sepa dónde estás todo el tiempo? El estigma de la culpabilidad no te lo han sacado del todo.

No para nada. Siento indignación, pero al mismo tiempo trato de sacar de todo lo negativo algo de fuerzas para poder sacar la causa del lugar donde está y que nunca debería haber estado allí porque es ridículo. Es una causa con delito federal y me condena un juez que no tiene competencia para condenarme. Este proceso lo vengo llevando desde marzo del año pasado que allanaron mi casa, jamás se habló de comercio y sólo me castigaron por fumar marihuana.

En el proceso judicial ¿no hubo ningún elemento que demostrara que lo que plantabas en Del Viso lo usabas para venderlo?

No. Eso quedó probado. A mi me hacen una investigación a partir de una denuncia anónima, me ponen un apodo que jamás usaron conmigo. Me hicieron un allanamiento violento y me secuestraron marihuana del lugar que yo creía era mi ámbito privado.

¿No tenías balanzas ni algún otro elemento?

No, ni balanzas, ni armas, ni prensas y de hecho las plantas todavía no habían florecido. Fui a declarar, quedé libre porque el Juez de Garantías entendió que era para consumo personal. Pasaron algunos meses y en septiembre me llegó una comunicación de que la causa fue elevada a juicio por “Siembra y cultivo de estupefacientes”, una carátula larga y bastante ridícula. Logramos llevar testigos, mis vecinos que me conocen de toda la vida y quedó más que probado la clase de persona que soy. Jamás pensé que esto podría llegar hasta este punto. Porque en vez que ellos deban demostrar mi culpabilidad yo tuve que demostrar mi inocencia.







 
 
 
 
 
 
 
 



 
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