Lectores

Sr. Director:

Tres días han pasado de la partida, con rumbo a la historia, de un hombre que supo gobernar a su pueblo, que con aciertos y errores, transformó al país; de un hombre que siendo un desconocido al llegar, se va con el reconocimiento no sólo de su pueblo, sino también con el de todos los pueblos latinoamericanos.
Este hombre, con su capacidad transgresora y su fidelidad a sus principios y convicciones, convocó, entusiasmó y enamoró a gran parte de los jóvenes argentinos, a sumarse a un proyecto político que vuelve a postular las utopías y los sueños como proa de toda actividad y sobre todo a pelear por hacerlos realidad. Sembró así el suelo argentino, de miles y miles de rosas, de miles de soñadores, gracias a él, la militancia juvenil vuelve a estar de pie, dispuesta a luchar una vez más, como tantas veces lo hizo en la historia de nuestro país, por el mismo anhelo de una patria libre, justa y soberana.
Néstor Kirchner emocionó nuestras almas en más de una oportunidad, interpretando nuestros deseos y siendo su realizador; cómo olvidar el momento en que hizo descolgar con autoridad máxima el cuadro del asesino Videla, cómo olvidar el rechazo justo al ALCA y el soberano NO, a Bush en Mar del Plata, reafirmando la vocación de una América libre, cómo olvidar el abrazo permanente a las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo; cómo olvidar las relaciones internacionales serias con USA y la Unión Europea, pero a su vez el reconocimiento profundo y cálido con los pueblo hermanos de la América morena del sur.
Por estas cosas y algunas más, es que muchos y muchas, niños, jóvenes, adultos y abuelos, hemos transitado durante varias horas, ese lento pero orgulloso peregrinar hacia el encuentro con este patriota argentino y latinoamericano, para darle un último adiós, para reafirmar un compromiso con las banderas que él nos enseñó a defender y para comprometernos en sostener y profundizar este modelo país.
Queda por delante un enorme desafío, aunque no lo digan, sabemos que los sectores reaccionarios y conservadores de siempre, que han vuelto a festejar la pérdida de un líder popular, ya se frotan las manos deseosos de hacer claudicar al actual gobierno, para volver a someter al pueblo y en especial a la clase trabajadora. Los ciclos históricos y los hechos ocurridos en el siglo pasado, son una muestra, de que lo que acabo de decir es una verdad irrefutable. No cuentan hoy con un figura que les asegure el triunfo por la vía democrática, no obstante, ni por esa vía ni por cualquier otra, esta militancia que nació a la par del liderazgo de Néstor Kirchner, permitirá que se pierdan las conquistas logradas, que se retroceda el camino construido y mucho menos volver a los fracasos del pasado.
Y por último, quiero hablar a mis compañeros de militancia, es fácil gritar "fuerza Cristina", es más difícil aceptar al que  no piensa exactamente igual, es más difícil aceptar los grises, al que no comparte los métodos o códigos de militancia, no podemos más sentirnos parte del todo sin asumir los riesgos del conjunto, lo puro no existe por principio físico, no obstante el límite lo impone el modelo y el proyecto, no queremos más enemigos dentro de nuestras filas, hay que fortalecer los anticuerpos contra los traidores internos, no se puede aceptar en el futuro, otro Cobos u otro Saric; ojala el día de mañana podamos construir un movimiento de liberación nacional, que no tenga que cargar con herencias negativas, pero hoy, es la hora de abandonar las ambiciones y los proyectos personales, dejar de lado las diferencias y construir la unidad en la diversidad, dejar de lado las conducciones individuales y conformar una construcción colectiva, que esté a la altura de los momentos históricos por venir. La victoria o el fracaso del modelo nacional y popular será pura y exclusiva responsabilidad nuestra. Para ello ya tenemos jefe, ya tenemos conductor, ya tenemos candidato sobre el cual todos cerraremos fila, y debe ser innegociable para la militancia, y se llama Cristina Fernández de Kirchner.

Gracias Néstor.

Daniel Hirsch