Opinión

Primer aniversario del frustrado diálogo político

* María Rosa Batalla

El diálogo con los distintos sectores políticos, el respeto a la diferencia, la empatía (la capacidad de entender las necesidades de los otros e intentar darle respuesta) son imprescindibles para la convivencia democrática.
Hace un año  oficialismo y oposición transitaron esa posibilidad. Cada reunión significó un intercambio de pedidos, reclamos, aclaraciones de una y otra parte. Entre los puntos  que expusiera la Coalición Cívica al intendente, figuró la reglamentación del Acceso a la Información Pública.
Con las consabidas resistencias que esta solicitud genera en los gobernantes, casi sin excepción,  finalmente se aprobó en Pilar esta norma. Era de esperarse que a partir de la sanción de la ordenanza se pudiera acceder a información que desde hacía mucho tiempo se requería.
Conocer los contratos de licitación de empresas prestadoras servicios monopólicamente era una de las principales motivaciones. Desde hace muchos años en Pilar, por citar algún ejemplo, una empresa tiene la concesión de agua corriente y cloacas y otra la concesión de la recolección de residuos e higiene urbana.
Si un vecino – contribuyente quiere acceder a cierta  información porque no está conforme con la prestación  y quiere hacer valer sus derechos, no va a poder obtenerla. Sigue siendo “secretos de Estado”, custodiadas por siete llaves. Tampoco puede acceder a ellos un legislador, comprometido con defender el bien común.
Lamentablemente, no hemos crecido como sociedad. No hemos podido avanzar en el cumplimiento de las reglas. Un tema tan áspero en materia de ejercicio de la ciudadanía en nuestro querido país.
Nos queda el sabor amargo de que el diálogo ha sido un rotundo fracaso. Que sólo fue un atisbo evanescente  de madurez política.

* María Rosa Batalla es licenciada en Información Ambiental, dirigente de la Coalición Cívica de Pilar, docente e investigadora de la Universidad Nacional de Luján, la de Quilmes y en la Universidad del Salvador.