Fue levantada por los padres de los estudiantes

Por falta de ayuda del Estado, peligra un colegio secundario

Se trata de la Escuela Comunitaria de Villa Astolfi. Autoridades provinciales les prometieron una subvención pero esa ayuda nunca llegó. Ahora, con deudas y sin poder pagarles a los docentes, deberán cerrar sus puertas. Más de 200 alumnos se quedarán sin poder estudiar.

La Escuela Comunitaria de la localidad de Villa Astolfi está atravesando por uno de los peores momentos por los que puede pasar una institución educativa: cerrar sus puertas.

La Escuela Comunitaria de la localidad de Villa Astolfi está atravesando por uno de los peores momentos por los que puede pasar una institución educativa: cerrar sus puertas.
Aquejados por una situación económica sumamente desfavorable y sin lograr ser escuchados por las autoridades del Estado provincial, la escuela deberá cerrar el dictado de clases para los alumnos del nivel secundario, al que asisten aproximadamente unos 200 chicos.
Es que la institución, que se creó en el año 2001 por medio de la colaboración de los papás de los alumnos y el compromiso de los docentes, todavía espera respuesta por parte de la Dirección Provincial de Educación de Gestión Privada (DIPREGEP) para la llegada de un subsidio para el nivel primario, lo que les permitiría disponer de dinero para solventar el nivel secundario y saldar una deuda que poseen con el Estado en concepto de carga sociales, IPS y AFIP.
Pero esa ayuda nunca llegó. “Hemos tomado esta terrible decisión porque ya hemos agotado todas las instancias”, se lamentó Facundo Peral, integrante de la asociación de vecinos, padres y docentes que comanda la escuela.
En diálogo con Pilar de Todos, Peral contó que han recibido la visita de la autoridad máxima de DIPREGEP, Néstor Ribet, pero sin resultados satisfactorios.
“Visitó la escuela, le gustó la manera en la que se trabaja y llegó a la misma conclusión: que la escuela necesita una subvención. Sin embargo hace dos años que nos dicen que nuestra institución esta primera en la lista pero se siguen entregando beneficios y ninguno es para nosotros”, comentó Peral.
Los alumnos que asisten a la Escuela Comunitaria de Villa Astolfi pagan una cuota muy baja en comparación con lo que se abona en otras instituciones, ya que la misma no llega a los 200 pesos. Ese dinero es actualmente utilizado para abonar el sueldo de los docentes, que además deciden trabajar por menos plata de la que les correspondería por antigüedad.
“Tenemos problemas para cubrir los sueldos, los maestros no cobran lo que deberían pero ellos acceden porque están comprometidos con la escuela. Además, tenemos alumnos becados y otros que sin poder pagar la cuota asisten igual. La situación económica no da para más”, se lamentó Peral.
 Ayer, padres, alumnos y docentes se reunieron para evaluar alternativas que permitan esquivar el cierre de la secundaria y acordaron acudir a la ciudad de La Plata para obtener explicaciones sobre la demora de la llegada de la subvención y para plantear la situación extrema a la que han llegado ante las autoridades.

Peligra la educación de 200 chicos
Otro de los factores que comenzó a apremiar es el del tiempo. Es que desde la escuela aseguraron que necesitan una rápida respuesta por parte de las autoridades porque los papás de más de 200 alumnos del secundario tienen que saber, antes de fin de año, si van a poder contar con la escuela para el año entrante.
“Está en riesgo también que los chicos no puedan conseguir un lugar en otras escuelas. Y además muchos padres están preocupados porque no saben si contarán con los medios para poder trasladar a sus hijos hasta Pilar, porque eso implica un viaje y por ende un presupuesto”, detalló Peral.
Y a tal punto ha llegado la desesperación de la comunidad educativa, que ayer durante la reunión que mantuvieron, una mamá se ofreció a vender un terreno que posee para con ese dinero, pagar la deuda que la escuela mantiene con el Estado.

Historia de empuje, fuerza y voluntad
La escuela se fundó hace más de quince años como un proyecto privado, pero en un barrio cercano a zonas de bajos recursos, y se instaló en un edificio pequeño, que se alquilaba.
A través de los años, se fue transformando en un emprendimiento social, comunitario, sostenido fundamentalmente por la labor de docentes que priorizaron el trabajo por sobre los sueldos.
Sin subvención del Estado y a pesar de los índices de desocupación que disminuían los ingresos de la escuela, los docentes y muchas familias resistieron y siguieron apostando a este proyecto.
La etapa actual es diferente. Ya no hay espacio para lo privado. “Somos LO COMUNITARIO, eso que es la fuerza de un todo, que no es divisible sino que su cualidad fundamental está justo ahí, en ese punto de confluencia que genera potencia”, dicen desde la institución.
La construcción del edificio fue hecha con la mano de obra de los padres en un cien por ciento y los materiales fueron producto de donaciones que recibieron a lo largo de los años y el trabajo de la asociación para conseguir recursos.

Patricia Alba