Descreen del suicidio

Habla el padre del joven que apareció ahorcado en una comisaría

Luis Gauna es el progenitor de Sergio, quien fue encontrado colgado en su celda, en la que permanecía detenido sospechado de asesinar a un policía, en Alberti. “Mi hijo era inocente y nadie lo cuidó; quiero que se limpie su nombre”, disparó lleno de dolor.

Luego de que su hijo apareciera ahorcado en un calabozo de la comisaría de Alberti, las sospechas y dudas crecen.

En el medio del velatorio de su hijo Sergio, Luis Alberto Gauna no puede con tanto dolor. Luego de que su hijo apareciera ahorcado en un calabozo de la comisaría de Alberti, las sospechas y dudas crecen.
Sergio, detenido por el asesinato del policía federal Diego D’Andreis, tenía 23 años y según sus familiares no tenía antecedentes penales. Además aseguran que en el momento del asesinato del efectivo, Sergio se encontraba descansando en su domicilio, reunido con unos amigos.
Así lo relató a Pilar de Todos su padre, quien además tiene muchas preguntas sobre lo que pudo haber sucedido dentro de la comisaría en la que estaba alojado su hijo.
“Nadie me sabe decir por qué en el baño de la celda había un cable y tampoco nos responden por qué sacaron a todos los presos de ahí. Porque cuando yo fui no había nadie, hay muchas cosas que no cierran”, mencionó Luis con muy pocas fuerzas para seguir hablando.
Luis también explicó que dentro de la comisaría “no había imaginaria por la noche, sólo un jefe de guardia” que no tenía contacto con los calabozos.
Luis relató también el momento en el que la policía allanó su domicilio en busca de su hijo: “Allanaron la casa, lo basurearon como se manejan ellos (por los policías) y le decían a la madre que no lo cubriera porque él era el culpable y se lo llevaron”.
El padre de Sergio no llegó a despedirse de su hijo. Desde que ingresó a la comisaría, lo mantuvieron incomunicado. Además aseguró que el fiscal de la causa no les tomó declaración ni a él, ni a las amigas de Sergio, que podrían asegurar que el joven se encontraba en su casa en el momento del asesinato de D’Andreis.
“Ni a su madre la dejaron pasar a verlo. Recién íbamos a poder estar con él, el martes que viene, pero ahora ya está muerto”, lamentó Luis con un profundo dolor y cerró: “Mi hijo era inocente y nadie lo cuidó; quiero que se limpie su nombre”.