A una semana de la toma de rehenes

Clientes del Banco Nación de Pilar, entre el miedo y la resignación

El jueves pasado una banda de delincuentes asaltó la sucursal y mantuvo cautivas a 40 personas. Hoy, quienes se acercan a hacer trámites dicen estar “sorprendidos” por lo sucedido y al mismo tiempo aseguran no tener alternativas para evitar acercarse a la entidad. En la vereda de enfrente, comerciantes afirman que ya no sienten seguridad por estar cerca de las dependencias policiales.

Hace una semana, a las 12 del mediodía, la sucursal del Banco Nación de Pilar se transformó en el centro de atención de casi todo el país. Fue el pasado jueves, cuando a esa hora un grupo de delincuentes irrumpió en la entidad bancaria, robó dinero y tomó como rehenes a más de 40 personas entre los que había clientes y empleados del lugar.
Mujeres, chicos, embarazadas y jubilados fueron las víctimas de un delincuente de 20 años: “el Chilenito”, el único de la banda que no logró escapar y que mantuvo cautivos a todos por más de cinco horas.
A una semana del hecho que mantuvo en vilo a la población, el Nación intenta, poco a poco, normalizar la atención a los clientes que no pueden evitar hablar del tema con los empleados que los atienden cuando llegan a las ventanillas, muchos de los cuales estuvieron cerca de la muerte al ser amenazados por el delincuente.
“El tesorero del banco que era apuntado con la pistola por el pibe, es el que me atiende cada vez que vengo. Sentí mucho miedo por lo que le pudiera llegar a pasar”, expresó una clienta que ayer juntó coraje y se animó a asistir a la entidad.
Pilar de Todos se acercó a la sucursal y relevó las opiniones de los que esperaban ser atendidos. En su mayoría, los clientes se mostraron resignados ante la situación y piensan que “es difícil que se vuelva a repetir una cosa igual, porque fue un hecho sin precedentes”.
“Como ciudadano de Pilar, este es un lugar tranquilo para vivir donde uno no está exento de delitos; pero no de esa magnitud”, analizó un hombre que esperaba ser atendido casi a la misma hora en la que hace siete días los delincuentes irrumpían en la entidad y se tiroteaban con la policía.
Al mismo tiempo, manifestaron no tener alternativas para evitar acercarse al banco. “Los trámites hay que hacerlos y las cuentas hay que pagarlas igual. No creo que se vuelva a repetir una situación así”, señaló otra mujer.

Comerciantes con miedo
Pero contrariamente a esas opiniones están los comerciantes cercanos a la entidad bancaria.
El jueves pasado, muchos de ellos bajaron las persianas de los negocios apenas escucharon los primeros disparos de arma de fuego, y algunos hasta terminaron tirados en el piso por temor a ser alcanzados por los proyectiles.
“Ya no nos sentimos seguros por estar cercanos a la comisaría y a la Jefatura policial. Desconfiamos de todo y de todos”, señaló el empleado de una zapatería que está justo frente al Nación.
Es que después del jueves pasado no les queda ni ése consuelo ante la inseguridad.
Las imágenes de la toma de rehenes aún retumban en la retina de todos los habitantes de Pilar, dentro del Banco hay una atmósfera tensa que costará que se disipe. Estar allí es revivir el ruido de los disparos, los gritos del Chilenito, el llanto de las víctimas, y las caras de desesperación y miedo de todos. Va a costar un largo tiempo que los días vuelvan a ser normales.