Más de 250 empleados, funcionarios y público en contra de los antizuccaristas
Insultos y gritos en una sesión caliente del Concejo Deliberante
La minoría apenas pudo exponer las razones para negarse a votar la Rendición de Cuentas. Una catarata de agravios y silbidos tapaban a los expositores. Zuccaristas acusaron a los opositores de “hacer política de la peor manera con las cuentas”. La minoría insiste en que no pudo ver toda la documentación que quería.
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El contador y concejal Walter Roldan defendió los números del Municipio ante los reclamos de la oposición. |
Los reiterados timbrazos del presidente del Concejo Deliberante no pudieron frenar los insultos, silbidos y gritos que partían desde el público cada vez que un concejal opositor tomaba la palabra.
Caliente, demasiado si se tiene e cuenta que recién comenzó el año legislativo, se mostró la sesión de ayer en donde por mayoría el HCD aprobó los números del Ejecutivo del año pasado.
Los antizzucaristas se quejaron por la falta de acceso a la información, por lo que todos votaron por la negativa, menos el macrista Marcelo Criniti, que eligió la abstención. Todo, ante un desarrollo atípico que le dio la presencia de 250 personas, entre militantes Z, funcionarios y empleados de la comuna, que no perdían oportunidad para abuchear a los antizuccaristas.
“Si vemos los números, notamos que hay un rojo de más de 100 millones de pesos, sobre un total recaudado de 290 millones de pesos y un gasto de 413 millones, por lo que consideramos que se trata de un ejercicio sumamente deficitario”, intentaba hacerse oír el denarvaísta Diego Ranieli entre los abucheos permanentes.
“¡Vos no podés hablar de déficit!, ¡cuando eras bivortista dejaste 25 palos de deuda; ladrón!”, vociferaban desde la barra, recordándole a Ranieli su paso, aunque en el Consejo Escolar y no en el Municipio, por la gestión del ex intendente Sergio Bivort entre 1999 y 2003.
Marcelo Castillo, el titular del HCD, por enésima vez hacía sonar el timbre y amagaba, con poca severidad, con desalojar la sala.
A los tumbos —no por él, sino por el entorno poco amistoso—, Ranieli pudo señalar algunos desacuerdos políticos con el destino de los gastos. “De recaudación propia hay cerca de 106 millones de pesos, y por otro lado tenemos casi el mismo gasto en personal y alquileres de maquinaria”, enfatizó Ranieli desde el micrófono, que apenas pudo ganarle a los decibeles de la barra que tapaban casi todo lo que decía.
“Y en inversión para obras hidráulicas apenas se destinaron 93 mil pesos, con todo lo que después significaron las inundaciones”, contaba Ranieli, ante un griterío que hacía casi imposible que alguien pudiera escucharlo.
A sabiendas de que iba a ser tan o más agredido que su par Ranieli, Gustavo Trindade, del felipismo (quien pretende pelearle a Zúccaro la intendencia en el 2011), eligió la sonrisa ante los agravios.
“Quisimos ver determinada documentación y no pudimos, sólo nos mostraron algo, así que no podemos avalar esta rendición de cuentas”, sostenía el folclorista, mientras que a la par le llovían frases tales como “traidor…, devolvé la que te llevaste…, andate y ponete a trabajar”.
Entre los presentes, había varios funcionarios que hasta hace poco tiempo fueron compañeros de Trindade, cuando él también revestía en el Ejecutivo, al frente de la Dirección de Relaciones con la Comunidad. Los insultos, sin embargo, venían de militantes zuccaristas y no de sus Directores o Secretarios.
“Pero confío en la palabra de Walter Roldán (concejal del zuccarismo y titular de la Comisión de Hacienda), que nos prometió poder seguir viendo información”, logró añadir Trindade, antes de que cayera sobre él una nueva andanada de abucheos.
El limitado acceso a la información fue, sin dudas, una de las trabas que encontraron los opositores a la hora de hacer un análisis más profundo de la redición. Si bien en las 27 carpetas del balance aparece hasta el más mínimo gasto, pretendían ir más allá y obtener datos de privatizadas, precios pagados en determinados rubros, e incluso ir tras los pasos de la presunta existencia de “empresas fantasmas y amigas de funcionarios”. Pero el Ejecutivo, mostró algunos datos, pocos para las intenciones de los antizzucaristas.
“No saben ser oposición”
Luego de la acalorada intervención de la minoría, (Noemí Barrio y Silvana Aguilar, del PJ, se remitieron a adelantar su voto negativo) pero esta vez sin tantos gritos en contra, la titular de la bancada zuccarista, Liliana Alfaya, pidió que los opositores “no insulten la inteligencia de sus pares”, al señalar que se está votando sin análisis.
“No votamos positivamente porque somos levantamanos, que nadie insulte nuestra inteligencia, lo hacemos con convicción”, retrucó.
Los zuccaristas, además, desmintieron que no se haya mostrado la información a los opositores, y cuestionaron que los antizzucaristas pretendan “hacer política de la peor manera con una rendición de cuentas”.
“Yo mismo encabecé reuniones con los 8 concejales de la oposición y funcionarios del Ejecutivo, en donde se les respondieron preguntas. Así que es mentira que no se les haya mostrado nada; y en todo caso habrá más tiempo de acá en adelante para que vean lo que quieran, porque no se esconde nada”, expuso, por su parte, Walter Roldán.
En cuanto al análisis técnico, Roldán le respondió a Ranieli que el déficit real del ejercicio era de 27 millones de pesos, con una deuda flotante de 50 millones, de los cuales 21 millones pertenecen al Municipio (el resto se trata de obras que al 31 de diciembre de 2009 aún no había pagado el gobierno nacional). Pero aclaró que “apenas 8 millones de flotante se generaron el año pasado, lo otro es acumulado de otros años”.
“Decían que íbamos a tener una deuda flotante del ejercicio de 50 millones de pesos, pero fue de 8 millones, en el marco de una crisis mundial financiera que también perjudicó a los municipios. Una rendición de cuentas es un balance que se toma en determinado momento, una foto que se saca dentro del período 2009, y de hecho hay varias obras que Nación ya pagó”, finalizó Roldán.
La de ayer fue sin duda una bisagra que marca el antes y el después del debate político. Fue una sesión caliente que dejó entrever el tinte de las nuevas discusiones que se darán en ese ámbito que hasta acá venían siendo de mediocres para abajo.
