Viven a la vera del Río Luján

Los inundados de Pilar son rechazados en otros barrios

El Municipio pretendía llevar a los damnificados, la mayoría ciudadanos del Paraguay, a Manzanares, pero propietarios de quintas allí radicadas se negaron. Dicen que ellos consiguieron terrenos con “trabajo y sacrificio” y que no es justo que se les “regale” parcelas a otros. Por lo bajo, creen que el lugar se va a volver inseguro si se radica “la villa de los paraguas”.

Funcionarios y concejales con vecinos. Nadie quiere a los inundados.

El miércoles por la noche, funcionarios del Municipio, y concejales del oficialismo y la oposición aseguraron ante un grupo de vecinos de Manzanares que no iban a avalar el traslado de las casi 60 familias damnificadas.
El área fue propuesta por la Subsecretaría de Desarrollo Social de la Comuna, luego de que las familias, en su mayoría de origen paraguayo, fueran estafadas con parcelas pagadas en 100 cuotas de 150 pesos mensuales, ubicadas en el Barrio La Lomita, a la vera del Río Luján.
Pero al poco tiempo, notaron que cada vez que el Luján desbordaba se anegaban sus viviendas, por lo que comenzaron a buscar alternativas y ayuda del Estado. Pero el precario boleto de compra venta que tenían (jamás obtuvieron una escritura) prácticamente no los avala como dueños de esos terrenos. Tan peculiar es la situación que está siendo investigada por la Justicia de Pilar hace más de 3 años.
Los vecinos que se oponen al traslado recibieron un mensaje aparentemente del intendente Humberto Zúccaro: “no se permitirán los asentamientos en Manzanares”, anunció Oscar Loggia, delegado de la localidad, pese a que la propuesta fue elevada por el Municipio.
Los frentistas dijeron sentirse “enojados” porque el intento de traslado fue “unilateral e inconsulto”.
Una de las vecinas, Mónica Marano, adujo en declaraciones radiales que la negativa no tiene tintes discriminatorios.
“No discriminamos ni somos racistas: la gente vieja de Manzanares y sus hijos compraron sus terrenos con sacrificio. No puede ser que vengan ahora y nos pongan 60 familias”, se plantó la mujer.
El Gobierno sabe que la única solución para los inundados del Barrio La Lomita es trasladarlos a otro lugar, pero el rechazo se hace sentir. Tanto, que también se reflejó en Zelaya, donde también cabe la posibilidad de llevarlos.
Y si bien todos rechazan en voz alta razones xenófobas, por lo bajo se oponen a la llegada de “la villa de los paraguas”, asegurando que “si vienen va a crecer la inseguridad y se van a desvalorizar los terrenos”.
Los inundados, estafados y rechazados por buena parte de una sociedad que se cree dueña del futuro de algunos, siguen esperando un poco de ayuda.