¿Ganan las presiones de Oscar Larramendi, concejal suplente?
Zúccaro le pedirá a su esposa que deje el Concejo Deliberante
El intendente señaló que a su mujer, ex titular de Educación y Cultura y actual edil, “no le da la salud” para llevar adelante las dos tareas. Y recordó que este año funcionarán en Pilar la UTN, el CBC de la UBA y la Facultad de Económicas. “La necesito; son 3 las facultades que hay que organizar”, señaló el jefe comunal. Aunque no precisó si su esposa pedirá una licencia transitoria o renunciará a la banca.
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Carmen Rodríguez y Zúccaro el día que se presentó la lista. La esposa del intendente volvería al Ejecutivo. |
“Voy a hacer lo que me diga mi conductor”, señalaba María del Carmen Rodríguez de Zúccaro, en referencia, claro, a su esposo e intendente de Pilar, Humberto Zúccaro.
¿Dejar o no la banca? ¿Convertirse en una testimonial más o demostrar que en Pilar la cosa iba en serio? Y si bien esto último parece haber sido la intención, lo cierto es que la concejal Rodríguez de Zúccaro “no da más”. O en todo caso, es su salud la que ya muestra signos de agotamiento ante la obligación de tener que desempeñarse en dos áreas. Una el Concejo Deliberante, y la otra, la Secretaría de Educación, Cultura e Integración. Una dependencia en la que si bien pidió licencia, desde lo real sigue monitoreando como antes.
Y a eso se sumó, en los últimos días, la fuerte presión que llamativamente comenzó a ejercer el titular del Sindicato de Choferes de Camiones de Pilar, Oscar Larramendi, quién al haber sido 8vo. en la lista ahora pretende asumir. Situación que sólo se daría si Carmen (o algún otro concejal) da un paso al costado. Larramendi invocaría acuerdos preelectorales y hasta directivas de su sindicato y su líder, Hugo Moyano, para comenzar a ocupar espacios políticos en territorio bonaerense.
Y el último que salió a terciar en la pulseada fue el propio Zúccaro. Y todo parece indicar que cedería ante Larramendi.
—¿Su esposa va a seguir en el Concejo?—, preguntó la prensa ayer por la mañana, luego de la apertura de sesiones ordinarias del HCD.
—De ella dependen 3 facultades y sabíamos que su cuerpo y salud se iban a resentir. Yo la quiero en el Ejecutivo, pero lo va a determinar ella. Trataré de convencerla en estas vacaciones de que se la necesita en el Ejecutivo. Fuimos unos de los pocos distritos que no llevó testimoniales, y me siento orgulloso de que haya conocido las dos áreas.
¿Pide licencia o renuncia?—, preguntó otro periodista
Eso no lo sé, también depende de ella—, respondió Zúccaro con cara de pocos amigos.
Y el dato no es menor. Todo lo contrario. Una licencia le permitiría a Carmen retornar al deliberativo cuando ella quiera, prácticamente, mientras que una renuncia indeclinable le terminaría de abrir las puertas del Concejo a un hombre que si bien hasta acá se ha mostrado cercano al gobierno Z, también ha dejado en claro que es capaz de plantársele con firmeza a Zúccaro. Y lo peor para el intendente: por ahora las apetencias políticas de Larramendi están poco emparentadas con la gestión del jefe comunal, sino más bien con el sindicato de Camioneros y, claro, el propio Hugo Moyano.
