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Luego de más de un mes de negociaciones
Finalmente, presionó la UTA y los colectivos comunales aumentarán sin mejoras
El gobierno local pretendía modificar secciones, aumentar frecuencias y no aceptar el 20% de suba, sino menos. Pero el gremio y los empresarios se opusieron. Alegan que del incremento dependen los sueldos de los choferes.
 Finalmente el gobierno municipal se quedó con las ganas y no pudo conseguir que el aumento de los colectivos locales «impacte lo menos posible en el bolsillo de los pasajeros », tal como pretendía el intendente Humberto Zúccaro. Durante más de un mes, y luego de las subas aplicadas a las líneas provinciales y nacionales, les llegaba el turno a las locales.
Sin embargo, el jefe comunal le puso sus condiciones a la autorización de incrementar las tarifas y en ese bosquejo de reclamos incluyó el aumentar la frecuencia en horarios pico de ciertas líneas, renovar unidades, construir refugios para los pasajeros, modificar el kilometraje de las secciones y hasta pedirle a las compañías que reparen calles por donde transitan las unidades.
Pero luego de más de un mes de tratativas, en donde el intendente y los concejales llegaron a reunirse con los responsables de las 6 líneas comunales que recorren Pilar, un factor sorpresivo tiró por la borda el intento del Gobierno. El miércoles por la mañana representantes del gremio de la Unión Tranviaria
Automotor, (UTA) arribaron al Palacio Municipal y, junto con algunos ediles, se entrevistaron con el intendente Zúccaro.
El mensaje fue claro. Si no llega el aumento tal como se pretende los trabajadores no van a recibir un aumento salarial de 300 pesos que prometieron las empresas.
Claro y contundente al mismo tiempo. Si bien no hubo amenazas de movilizaciones o medidas de fuerza, los gremialistas mostraron claramente cuál era su postura. Ponerse del lado del aumento, de los trabajadores y, quizá sin querer o todo lo contrario, de los intereses de los dueños de las líneas.
Esos empresarios se habían negado a aceptar todas las mejoras pedidas por el intendente a través del deliberativo, e insistían en que la suba debía ser «tal como lo marca la ley». Es decir, 1,10 peso el mínimo, alrededor de un 20% en promedio.
Así, bajaron de un hondazo otra de las ideas del gobierno. Dejar el mínimo en 1 peso, ya que, aducían desde el Ejecutivo, el faltante de monedas obligaría a redondear los valores.
«10 centavos en cada boleto hacen una diferencia abismal a fin de mes, eso es imposible», se plantaron los empresarios. Al finalizar ese encuentro entre ediles y empresarios del transporte, los concejales admitían que iba a ser «difícil» plasmar esas mejoras que pretendía el gobierno, y indicaban la imposibilidad de dejar el mínimo en 1 peso.
«Es cierto que la ley marca 1,10, no podemos hacer nada al respecto», se lamentaban. El jueves por la mañana, el deliberativo y la UTA tuvieron que salir a explicar las razones de la necesidad de dejar las cosas como estaban, y no enturbiar el panorama con una negociación que, entendían, no iba a llegar a ningún lado.
«Todas las líneas han subido el boleto y todas usan el mismo combustible, y compran los repuestos al mismo valor. A menos que en Pilar haya talleres más baratos, cosa que no creemos, la suba se tiene que aplicar también», sostuvo uno de los representantes de la UTA, rodeado del presidente del deliberativo, Marcelo Castillo, y del titular de la Comisión de Transporte del Concejo, Roberto Fernández.
«Nosotros venimos a defender a los trabajadores», añadió. Respecto a las condiciones del servicio y la opinión que de él tenía la UTA, uno de los representantes del gremio fue tajante: «Nosotros no estamos para evaluar eso, sino para defender los derechos de los trabajadores; los empresarios iban a poner como excusa que en Pilar no se les aumentaba el salario a los choferes porque no se autorizaba la suba, y por eso nos reunimoscon el intendente para explicarle nuestra postura».
Fernández, por su parte, señaló que varias de las líneas circulan por calles de tierra o en mal estado, lo que obliga a las empresas a realizar gastos extra en mecánica. En cuanto a las deficiencias que se pretendían cambiar de aquí en adelante, Fernández expuso que alcanza con «ajustar los controles por parte de la Dirección de Transporte», aunque señaló que varias líneas han aumentado la frecuencia «sin que nadie se los pida, sino porque ven que hay muchos pasajeros».
Como para no dejar al gobierno con la sensación de «manos vacías», del deliberativo confeccionará una ordenanza que obligará a las empresas a trabajar con tarjetas magnéticas, para paliar la falta de monedas. Este último punto, fue tenido en cuenta casi más que la suba del boleto en sí.
Ayer al cierre de estaedición, el Concejo celebraba una sesión y formalizaba el aumento.
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