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Cirugías reconstructivas

“Bancos de esperanza” en el Hospital Austral

Los bancos de tejidos conservan segmentos músculo–esqueléticos que se utilizan para reconstrucciones del aparato locomotor. Si bien estos implantes no salvan vidas, ayudan a mejorar las condiciones futuras de los pacientes. El Hospital Austral cuenta con uno de ellos desde el 2005.

En 1999, Valeria Lemos sufrió un accidente en moto que le causó una fractura expuesta de tibia, peroné y fémur. Hoy, después de haber estado al borde de perder la pierna, esta madre y esposa de 32 años puede caminar con normalidad tras la intervención del Banco de Tejidos del Hospital Universitario Austral (HUA). Justamente, la Medicina no sólo trabaja para prolongar la vida de los pacientes, sino también para mejorar su calidad. Salvar una vida, en un sentido amplio, puede referirse a la reinserción de una persona en la comunidad gracias a una intervención médica. Es el caso de la donación e implantación de tejidos en pacientes que, quizás, no pueden caminar, que sufren dolores articulares o que se recuperan de una enfermedad oncológica.

Una solución efectiva

Desde 2005, el HUA cuenta con un Banco de Tejidos Músculo–Esqueléticos dedicado a la conservación, procesamiento y distribución de aloinjertos. Según el Dr. Wálter Parizzia, director operativo del Banco de Tejidos y jefe de la Sección de Ortopedia Oncológica del HUA, se encuentra posicionada como el principal Banco de Tejidos de la Argentina en cuanto a cobertura, procuración y nivel de implante interno. “Lo planteamos así al principio y hoy tenemos una gran demanda, tanto del Hospital como de centros de salud de todo el país”, relata el Dr. Parizzia. El Banco de Tejidos es una Unidad de alta complejidad que se dedica a la procuración de tejido músculo–esquelético: huesos, tendones, músculos y ligamentos provenientes de reemplazos articulares y de donantes cadavéricos. Los tejidos recuperados se utilizan para la reconstrucción biológica a futuro del aparato locomotor, como en el caso de Valeria, que recibió el implante de una rótula cadavérica. “Pensé que iba a quedar torcida para siempre hasta que el año pasado me pusieron una prótesis y un injerto de rótula y músculo. Ahora, puedo pararme derecha y estirar la pierna”, cuenta.

“En distintas ocasiones, la traumatología debe reconstruir una estructura anatómica. Antes se hacía con injertos que se extraían del mismo paciente, dejando nuevas áreas de morbilidad. Con el advenimiento de los bancos de tejidos, la cirugía reconstructiva puede reemplazar un determinado segmento con el mismo proveniente de un donante que cumple con las necesidades anatómicas de cada paciente en particular”, señala el Dr. Parizzia.

El Dr. Gerardo Solá, es médico cirujano y director técnico del Banco de Tejidos del Hospital Británico. Al igual que Parizzia, evalúa como altamente positiva la existencia de estas unidades en los hospitales. “Todos los días opero pacientes con tumores, cuyo único tratamiento es sacar el hueso afectado. La posibilidad de contar con el hueso de un donante, que puede sustituir todo el tejido extraído, permite hacer grandes resecciones, mucho más seguras desde lo oncológico, sin temor a tener que reconstruir”, explica.

Cuenta que recientemente operó a un paciente afectado por una lesión en su pierna, producida por un hongo, que destruye y carcome el hueso. “Conociendo que contaba con el tejido necesario para reemplazar todo lo que extraje, me animé a realizar una resección muy amplia, sacando la fracción enferma y reconstruyéndola”, afirma.

Volver a la normalidad

Antes de dar con la solución para su pierna, Valeria debió padecer una verdadera odisea de médicos, dolores y operaciones. “Estuve a punto de perder la pierna. Al principio, me atendieron en otro lugar. Me hicieron muchísimas operaciones muy dolorosas, y me pusieron tutores y clavos. Si bien siempre pude caminar, después de todas las intervenciones, no podía estirar la pierna. La rodilla estaba paralizada, no lograba flexionarla por completo ni tampoco estirarla del todo. Los huesos estaban soldados”.

Pasaron casi 10 años entre el accidente y la reconstrucción. Un tiempo similar podría haberse extendido entre la recepción del injerto y su posible implante, debido a que la diferencia con los órganos para trasplantes es que los tejidos pueden ser conservados. “El tiempo para utilizarlos puede variar días y años. Cuando el segmento extraído se implanta, el organismo lo reconoce y lo utiliza como un andamio para tejer su propia estructura”, comenta el Dr. Parizzia.

Valeria recuerda que antes del implante “no lograba ni siquiera sentarme bien porque no tenía movilidad en la pierna. Ahora, en cambio, puedo sentarme normalmente. Tampoco tengo que caminar en puntas de pie para compensar la diferencia de altura con la pierna torcida”, cuenta con satisfacción.

Uno de los aspectos más importantes de un Banco de Tejidos es el cuidado de las normas de bioseguridad. “Antes de aceptar un segmento como donante, éste es analizado minuciosamente con la premisa de garantizar la seguridad a quien lo reciba, es decir, que no se transmitirán enfermedades ni infecciones a través del tejido implantado”, asegura el Director Operativo del Banco. De ahí que la selección de los donantes sea restringida porque, considerando que los pacientes que necesitan un injerto no poseen riesgo de vida, no se puede implantar un germen en una persona sana.

Como en el caso de Valeria, los implantes no salvan vidas en el sentido estricto de la palabra, pero ayudan a mejorar sus condiciones. “Salí del quirófano y me dijeron que caminara. Después de ocho años pensando que iba a vivir torcida, me fui a casa caminando con normalidad”.

Una alternativa para los deportistas

En un principio, se recurría a un Banco de Tejidos para la reconstrucción de grandes segmentos. A partir de los buenos resultados obtenidos, la práctica se fue extendiendo a otras áreas, como las cirugías de la mano, de la rodilla y de la cadera. Actualmente, los tejidos conservados se utilizan en plásticas ligamentarias, por ejemplo: cada vez es más común el uso en deportistas de alta elite. En estos casos, no es posible extraer otra parte del cuerpo para la reconstrucción de los ligamentos cruzados rotos, con lo cual se recurre al uso de aloinjertos con excelente evolución. De todas maneras, esta es una alternativa que ofrece buenos resultados en el largo plazo y que no reemplaza a las reconstrucciones con prótesis, sino que es una herramienta más dentro del espectro de elección.

El generoso acto de la donación

Si bien el concepto de donación de órganos es conocido por una gran parte de la comunidad, no sucede lo mismo en el caso de la donación de tejidos. ¿Las razones? En principio, la ausencia de información sobre el tema y ciertas ideas equivocadas con respecto a la estética del donante. Frente a la posibilidad de extracción de huesos, articulaciones o ligamentos,
suele ser común el miedo a las secuelas estéticas. La explicación del Dr. Walter Parizzia confirma que esto no es más que un mito: “Luego de ablacionar, dejamos el cuerpo del donante exactamente igual que como lo encontramos, sin que sean visibles las marcas de lo extraído”. Por otro lado, tampoco hay demasiado conocimiento respecto de la posibilidad
de donar tejidos y de la necesidad que existe. En la actualidad, hay una demanda que supera ampliamente la oferta. “Si bien el implante de tejidos no salva vidas porque no hay órganos vitales implicados, sí mejora notablemente la calidad de vida de los pacientes. Esto no se conoce. Hoy, las reconstrucciones permiten movilidad a personas que, en caso contrario, no
la tendrían”, subraya el Director Operativo del Banco de Tejidos del HUA.

Existen dos tipos de donantes músculo-esqueléticos:

  1. Multiorgánicos: Son los donantes cadavéricos a los que se les puede extraer órganos vitales y también tejidos como el músculo esquelético, córneas y piel. En el caso de la donación de tejidos, si bien la selección es mucho más estricta, se cuenta con seis horas para la extracción a partir de la muerte.
  2. Vivos: Son los pacientes sometidos a cirugías de reemplazo articular en las que el segmento sustituido puede ser reutilizado.

Procedimientos de control

El Banco de Tejidos del HUA trabaja en conjunto con el Centro Único de Ablación e Implante de la Provincia de Buenos Aires (CUCAIBA). Los segmentos conservados son obtenidos a partir
de la gestión de esta entidad con el Hospital. “Desde CUCAIBA nos informan de un posible donante. Nosotros evaluamos la alternativa. En el caso de aceptarla, nos presentamos en el lugar donde se encuentra el cuerpo del donante, hacemos la ablación y guardamos los segmentos extraídos que reportamos a CUCAIBA para el control. Una vez que los segmentos fueron analizados, se conservan con un código y una identificación que se mantienen a lo largo de todo el proceso”. Estos datos permiten saber la ubicación de la pieza, la evolución en el implante, la persona que realizó la cirugía y la dirección geográfica de la intervención.


 

 
 
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