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Opinión: «Los Unos y Los Otros»
De las cavernas al infrarrojo y el problema subsiste
Entre el terciario y el cuaternario, esto es entre 100 y 200 mil años, el antecedente del hombre actual escribía la primera página en la historia de la seguridad en este mundo sublunar según la expresión de Aristóteles. Efectivamente, desde el medio físico que le ofrecía la naturaleza (cuevas, cavernas y galerías subterráneas) el hombre escribía el primer capítulo en la historia de la SEGURIDAD UNIVERSAL, al buscar refugio y protección de la agresión de otros homínidos, de los animales y de las fuertes incidencias de la climatología. Tal vez, las pinturas rupestres hayan encerrado algún mensaje de advertencia, todavía no descripto por los especialistas. En este largo camino como es evidente, a pesar de los adelantos técnicos y científicos, de la globalización informática, del perfeccionamiento de los servicios de inteligencia, etc., el problema se ha agudizado y lejos está de llegarse a una solución definitiva.
El error radica en observar e interpretar al problema como un dato exterior, ajeno a nosotros, cuando en realidad la Seguridad o la ausencia de ella es una característica propia de la especie humana y de sus múltiples contradicciones. Sostenemos, en nuestra condición de seres humanos, que este gravísimo problema que castiga en forma inclemente a la sociedad, “ es de OTROS..., es de los de seguridad, es de los que saben, de los que están en eso...”.
Pensar así, es decretar el principio de nuestra propia crisis y no pasará mucho tiempo antes de que la realidad nos sume al cuadro estadístico de las víctimas.
De nada valen las sofisticaciones electrónicas y estructurales, no tiene sentido el mejor plan de Seguridad ni el más corpulento y aguerrido de los vigiladores, si no tomamos inmediata conciencia que el problema es nuestro, que no somos observadores pasivos de la tormenta sino que estamos en el ojo de la misma.
Todo ello es gasto realmente inútil si el fortalecimiento no viene desde adentro hacia fuera; a mi criterio, como en otros tanto episodios de la vida general, la única solución radica en la auto conciencia y en la educación para la Seguridad.
De no ser así los espacios donde desarrollamos nuestras vidas, criamos nuestros hijos y buscamos el fin superior que le corresponde a la especie, pronto dejarán de ser lugares de paz y sosiego para convertirse en verdaderos campos de concentración urbanos o rurales.
“Los Unos, agreden; los Otros, ni siquiera percibimos, en su real magnitud, lo que está sucediendo”.
Teniente Coronel ( R )
Silvio Alberto Seco
Docente Universitario
sasgeomil@gmail.com
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