Sacerdote abusador tras las rejas
Condenan a 17 años de cárcel al cura Napoleón Sasso
Fue encontrado culpable de cinco abusos sexuales a menores de edad. Así lo determinó la justicia de San Isidro. La Fiscalía había exigido 35 años de prisión. Deberá seguir detenido en el penal de Olmos en el que permanece desde enero de 2004.
La Justicia de San Isidro condenó a 17 años de cárcel al sacerdote Napoleón Sasso acusado de haber abusado sexualmente de cinco chicas, menores de edad, en el comedor de una iglesia de la localidad de La Lonja, en Pilar.
El juicio se desarrolló en el Tribunal Oral Nº 1 de San Isidro, lugar al que se acercaron a declarar las niñas abusadas y cerca de 60 testigos.
En un clima tenso que reinó durante las dos semanas en las que se extendió el juicio, los magistrados escucharon el cruel relato de las víctimas y luego procedieron al análisis y realización de pericias, que desembocaron en la condena de 17 años de prisión para el cura abusador.
Durante las audiencias hubo un intento de impugnación del juicio por parte de la defensa de Sasso cuyos integrantes acusaron al abogado de la querella de haber hecho declaraciones a la prensa, pero se desestimó esa posibilidad ya que no alteró el derecho a defensa en juicio ni se reveló la identidad de las víctimas”, según explicó el Tribunal a través de un comunicado.
Por su parte, el fiscal Washington Palacios había reclamado 35 años de prisión para el sacerdote.
El caso
Napoleón Sasso se desempeñaba como sacerdote en la capilla San Manuel de la localidad de La Lonja, lugar donde también funcionaba un comedor al que acudían los niños del barrio. Luego de su llegada a la capilla, una colaboradora del cura descubrió que una de las nenas que concurría al comedor y que por entonces tenía 12 años, se encontraba en muy malas condiciones anímicas y sospechó la posibilidad de que haya sido abusada por el cura.
Automáticamente se citó a la psicóloga María Inés Olivella para que realizara las pericias a la niña. Pronto las denuncias fueron aumentando. La primera fue presentada en noviembre de 2003 ante la titular del Juzgado Nº 5 de Menores de San Isidro, Mirta Angélica Rovera Godoy, quien avanzó con la investigación. También el fiscal Enrique Ferrari aportó pruebas. El 30 de noviembre de ese año, Ferrari pidió la detención de Sasso, por considerar que existían suficientes pruebas para acusarlo por abuso sexual de menores agravado. En esa oportunidad Sasso desapareció de escena y se transformó en prófugo. Viajó a Paraguay y seis meses más tarde fue hallado.
Sasso tenía antecedentes clínicos de pedofilia en la diócesis de San Juan, de donde es oriundo, y por tal motivo hizo un tratamiento en la Domus Mariae de Tortuguitas, entre 1996 y 1998, donde son albergados sacerdotes con problemas de conducta.
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